Más del 65% de nuestro cuerpo es agua. Por eso se constituye en un insumo imprescindible para que nuestro organismo funcione. El agua forma el 85% de la sangre, el 90% del cerebro, el 13% de la piel y casi el 70% de los músculos.
El agua está presente en cada rincón de nuestro cuerpo. Es un elemento indispensable para los procesos metabólicos, ya que actúa en las células como disolvente, transportando, combinando y descomponiendo las sustancias.
El agua que bebemos y usamos a diario es potable. Esto significa que pasó por un proceso que la tornó apta para el consumo humano y no es perjudicial para nuestra salud. Sólo el 0,8% del agua total disponible en el planeta puede utilizarse para potabilizar.
Cómo se controla la calidad del agua?
En todos los seres vivos hay células y todas ellas están formadas con agua, su principal compuesto inorgánico. Además, el agua es vital para la célula ya que actúa como disolvente de las sustancias que entran y salen de ella.
La calidad del agua que se distribuye a través de las redes es muy alta, y conservarla así hasta su consumo va a depender de algunos cuidados necesarios en el hogar. Cómo almacenamos el agua de bebida y el estado de los tanques de reserva de las viviendas es fundamental para poder conservar los parámetros de calidad con los que el agua llega hasta la instalación domiciliaria.